Con 8 meses de funcionamiento la Comisión Nacional de Productividad tiene una ruda tarea: elevar los niveles de productividad en Chile y comenzará con el ícono “la minería”. Rol fundamental tendrán distintas instancias como el Consejo Minero, Cochilco y Fundación Chile.

En julio del 2015 el gobierno de Michelle Bachelet conformó la Comisión Nacional de Productividad y puso a la cabeza al destacado ingeniero y economista de la Universidad de Chile, Joseph Ramos. La tarea que asume es compleja y uno de los principales focos en elevar los niveles de productividad de la industria minera.

La productividad a nivel nacional no sólo se ha estancado, sino que en áreas sensibles para la economía nacional como la minería, ha bajado sustancialmente. Las intenciones de Ramos es que esta comisión se transforme en una agencia permanente de gobierno que de sustento a la mejora continua, ya que por ahora sólo está formalizada hasta julio de 2018.

¿Cómo está Chile con respecto a los países que conforman la OCDE en materia de productividad?

Estamos bastante atrasados, si Chile está a mitad de camino de desarrollo económico en PIB per cápita, con US$23.000, en comparación a los países europeos, por ejemplo, que están arriba de US$40.000, una de las razones para explicar esto es que aún tenemos una brecha de productividad, considerando el capital, el personal, y los equipos que tenemos. Se estima que hay una brecha de productividad del orden de 2/3 por debajo. Pero esto no necesariamente significa que el país sea ineficiente, sino que puede tener que ver con que estamos cavando un hoyo con una pala y el otro lo está haciendo con una grúa. Entonces obviamente es más productivo el que lo hace con una grúa, pero no porque él sea más productivo o más eficiente necesariamente.

La minería chilena está catalogada como una industria de “clase mundial”, sin embargo en productividad los índices son muy bajos. ¿Qué impresión se ha formado?

Si bien dentro de Chile la minería es uno de los sectores de más alta productividad relativa, también lo es en otros países mineros, de tal modo que la brecha que he visto con países como Australia, que tiene altas prácticas internacionales, todavía nos separa como un tercio. Es decir, podríamos subir todavía un 30% más, si trabajáramos con la productividad australiana. Y creemos que el tema no se explica tanto por los equipos, porque muchas de las empresas hasta son las mismas. Sin embargo, con tecnología parecida, el aprovechamiento que se hace es inadecuado. Uno de los índices que se utiliza para medir esto se refiere a las horas que el trabajador efectivamente está trabajando con algún equipo, lo que se llama “tool in hand”. Obviamente el empleador quisiera que si le paga por trabajador 8 horas al día, estuviera efectivamente esas 8 horas con “tool in hand”. Pero nadie es así. La gente tiene que comer, tiene que trasladarse de un lugar a otro, etc. Hay estudios que he visto que dicen que en Chile el trabajo efectivo se logra sólo en el 50% de este tiempo. Es decir, si trabaja 12 x 12, está 6 horas de verdad produciendo algo que crea valor; y en los mejores países, esa relación es 2/3. No podemos cambiar al 100% pero si podemos mejorar muchísimo.

¿Cómo se enfrentan esas brechas?

Mucha gente cree que estas brechas se producen porque los trabajadores son flojos o que sacan la vuelta. Obviamente algo de eso hay, pero mucho más tiene que ver en como uno organiza la producción; un ejemplo de esto, si en una obra no llegan a tiempo los materiales, los trabajadores no tienen en ese tiempo nada útil que hacer, ese es un problema de planificación.

¿Cree que la minería tardó más de la cuenta en darse cuenta de estos temas para enfrentarlos?

Los precios estaban altos y el objetivo era echarle para adelante. Ahora están mirando todos estos aspectos, todo esto es lo que vamos a abordar en el trabajo de la Comisión.

¿Cómo se realizará el trabajo?

Vamos a comparar a alrededor de 8 faenas mineras diferentes con las mejores prácticas que hay en Australia, Estados Unidos, Canadá y Perú, en temas como la productividad de la mano de obra, la productividad de los equipos, etc. Una vez hecha esa comparación, identificaremos brechas de productividad. En una faena, por ejemplo, podríamos detectar una brecha de 30%, en otra 50%, en otra 20%. Y luego vienen las preguntas: que parte de esa brecha se debe a las regulaciones de políticas públicas y que cosas se tendrían que hacer para corregirlas, que parte de esa brecha se deben a problemas de coordinación entre la industria; y que parte de la brecha son cosas esencialmente de la gestión misma de la empresa.

¿Por qué se decidió priorizar a la minería?

A nivel nacional, la productividad ha estado plana en los últimos 15 años. No es que el país no ha crecido; ha crecido sobre la base de tener más equipos, y más capital humano. Pero no por hacerlo mejor. Y uno quisiera trabajar los tres motores: mejores equipos, mejor capital humano y productividad. Eso pasó en los años 90, los tres motores andaban bien. Hoy sólo andan dos de los tres.

En el caso de la productividad minera, esta ha caído en los últimos 15 años; pero la mitad de esta caída se debe al deterioro de la ley del mineral, y eso se manifiesta como pérdida de productividad. Eso no es porque estemos siendo más ineficientes, son condiciones geológicas naturales.